El concepto de información, antes que designar una magnitud observable, implica un modelo de cognición que presupone una doble fractura ontológica: entre el sujeto y el mundo, de un lado, y entre conocimiento y acción, del otro. Una aproximación genealógica a la idea de información como encrucijada a la vez epistemológica y cognitiva pone de relieve la centralidad de la teoría de la observación en la resolución de sus contradicciones. La naturaleza recursiva de la observación inherente a la lógica informacional hace especialmente pertinente la reflexión constructivista como parte ineludible de una revisión epistemológica de los conceptos de información y comunicación.