Geoffrey Lancaster, Ranjan Ray
¿Cuántas horas puede trabajar un niño de 12 a 14 años sin que ello perjudique a sus estudios? ¿Puede fijarse un límite? Con el fin de contestar a estas preguntas, los autores estudian los datos de trabajo infantil recopilados en siete países y calculan los efectos que tiene éste en la asistencia a la escuela, el aprovechamiento de la enseñanza y otras variables como el número medio de horas que dedica el niño a estudiar en el hogar. En aras del rigor, procuran evitar el riesgo de endogeneidad al usar el trabajo infantil como variable explicativa. Sus estimaciones demuestran fehacientemente que una sola hora de trabajo semanal es nociva para la instrucción del niño.