Cada vez gana más crédito la idea de que el empleo juvenil reviste una importancia decisiva para conseguir la erradicación de la pobreza, un desarrollo perdurable y una paz duradera. Los autores exponen las características más significativas del asunto, tanto en el mundo en desarrollo como en los países desarrollados, centrándose en la evolución demográfica, la situación del mercado de trabajo y los problemas de empleo que afronta la juventud. Abogan por unas estrategias políticas integrales que ayuden a la creación de trabajos decentes para los jóvenes, en los que gocen de salarios justos y de protección sociolaboral. Aprovechar plenamente el potencial de trabajo productivo de los jóvenes sería muy beneficioso para la economía y la sociedad, sobre todo en los países en desarrollo.