La corrección histórica de las narrativas psicoculturales de un grupo es menos importante que la percepción que estas pueden ofrecer en la dinámica de un conflicto étnico a largo plazo, así como en los posibles caminos para la paz. Este artículo reflexiona sobre las razones del mantenimiento de narrativas sobre el propio grupo de pertenencia, así como sobre el papel que éstas desempeñan en un conflicto étnico largo e intenso. La respuesta pasa por el hecho de fortalecer la unidad del grupo al ofrecer un relato emocionalmente coherente para explicar acontecimientos complejos. Estas narrativas se comparten y refuerzan dentro del grupo, de tal forma que la re-experiencia a través de las interacciones diarias logra enfatizar emocionalmente lo significativo. En conflictos intensos existen siempre narrativas enfrentadas que reflejan experiencias social y culturalmente divergentes, dentro y entre los grupos, y ofrecen mecanismos para cambiarlas hacia formas más inclusivas o exclusivas a través del curso de un conflicto.
El autor, reflexiona sobre las características de estas narrativas psicoculturales, así como sobre su origen enraizado en una cosmovisión cultural y en la identidad de un grupo, identificando los múltiples (pero no exclusivos) roles que éstas desempeñan en conflictos intensos: como causas ¿cuando actúan de selectores que dictaminan las opciones que tiene cada grupo-, como reflectores ¿cuando ofrecen el entendimiento del conflicto y las motivaciones que tienen sus protagonistas y oponentes-, y como agravantes del conflicto ¿cuando ofrecen apoyo interno y solidaridad que crean imágenes negativas de un enemigo. Posteriormente, se examinan las narrativas enfrentadas, judías y musulmanas, referidas al contexto de los conflictos entre palestinos e israelíes. Por último, se argumenta a favor de una resolución efectiva del conflicto que subraye las poderosas narrativas referidas a la identidad vulnerable de cada bando. La principal apuesta del autor pasa por el desarrollo de nuevas narrativas frente a las viejas, re-enmarcadas en términos más inclusivos que resten significado emocional a las diferencias de grupos y permitan una mayor identificación de metas y experiencias comunes.