Gloria Ortega Reinoso
Actualmente también el abogado utiliza, en el ejercicio de su profesión, las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. A todos los problemas jurídicos que plantean estas nuevas herramientas se suman, desde el punto de vista del abogado, unas exigencias propias de su profesión, como son las que derivan del deber de secreto profesional y del sometimiento a las normas deontológicas. Se hace necesario, por tanto, de un lado, un entorno de seguridad que ofrezca las mismas garantías que el desempeño tradicional de la abogacía y que asegure que es abogado quien dice serlo; y de otro, una adecuada regulación que garantice el cumplimiento de las exigencias deontológicas.