Nuestra visión de las ideas universales se encuentra condicionada tanto por la nueva Metafísica que se impuso a finales del siglo XVI (Vázquez de Belmonte, Molina, Suárez), como por las corrientes fenomenistas y sensistas del tipo de las de Hobbes y Hume. Esto implica un condicionamiento excesivo, porque hemos de optar entre dos extremos que no acaban de reproducir la realidad humana. Ambas corrientes tuvieron sus causas, históricamente fundadas. Pero la superación de aquellas crisis, mediante el replanteamiento actual de las causas que les dieron origen, puede llevarnos a volver a entender las nociones universales.