Pilar Blanco Alfaro, Dara Guillén Salguero, Engracia de los Riscos Angulo
La violencia que a lo largo' de los siglos han venido padeciendo las mujeres ha sido nombrada como violencia doméstica, malos tratos o violencia familiar Esta forma de nombrar, junto con el concepto que hasta hace poco se ha tenido sobre qué es o no es violencia, ha llevado a una limitación y a una visión desenfocada del problema; ha acotado el término a la violencia física, obviando las otras manifestaciones de violencia que también sufren las mujeres y que tienen que ver con los aspectos económicos, emocionales o sexuales, con consecuencias devastadoras sobre sus vidas. De este modo, las intervenciones que se han venido realizando hasta hace unos años, han sido paliativas y asistenciales, sin un enfoque que contemplara la complejidad e implicaciones de la violencia que padecen las mujeres.
El esfuerzo realizado por las mujeres feministas ha llevado a un mayor conocimiento de la violencia y a una nueva conceptualización ha pasado de ser un problema privado para convertirse en un problema público que requiere de una intervención integral que contemple, además de los aspectos asistenciales, la prevención, la no tolerancia, la sensibilización, los cambios legislativos, etc., y que precisa de la implicación del estado y de profesionales cualificados, de la creación de los recursos necesarios para salvaguardar la integridad de las mujeres y de sus hijas e hijos, en los casos que sean necesario, y que contemple su posterior integración a una plena ciudadanía.
La Administración Local, por su cercanía a la ciudadanía, se configura como el espacio idóneo en el que se pueden concretar medidas, desarrollar estrategias y movilizar los recursos necesarios que permitan una intervención más eficaz y coordinada en aspectos como la prevención, la seguridad y la asistencia a las víctimas.