Alberto Carreras Gargallo
La Estética no se ocupa únicamente del arte o de la belleza, aunque habitualmente así se crea. Por el contrario, ella es el ámbito de todo lo sensible, es decir, del conocimiento sensorial y de las emociones producidas por las sensaciones.
El articulo resalta la importancia de la sensibilidad en la actuación de los trabajadores sociales. Toma en cuenta tanto las sensaciones que recibimos nosotros como las que producimos en los demás. Desde esta perspectiva se abordan temas como la capacidad de observación, la inteligencia emocional, los estilos de vida, los estilos de trabajo, la resonancia, la sintonía con el cliente o el síndrome del profesional "quemado". Más aún, este ámbito de las sensaciones no está lejos del mundo teórico sino que es su punto de partida y su piedra de toque. En realidad, el mundo abstracto no existe sin el sensible. Y uno y otro tienen una dimensión relacional y ética. De este modo, el artículo termina criticando la separación de la ciencia, la estética y la ética como "esferas" de la cultura.