Los bombardeos norteamericanos de Irak no han resuelto un problema que dura ya una década. Por el contrario, Sadam Husein sigue en el poder, se ha reforzado un sentimiento anti-occidental en Oriente Próximo, y Estados Unidos ha ignorado el Consejo de Seguridad. Por último, los bombardeos también han dificultado la cooperación con Rusia y China.