En respuesta a la creciente separación entre el ethos sociológico y el mundo que estudiamos, el desafío para la sociología pública son las diferentes formas en las que comprometerse con sus públicos. Estas sociologías públicas no deberían estar en los márgenes sino que deberían formar parte del marco de trabajo de nuestra disciplina. De esta manera haremos de la sociología pública una empresa legítima y visible y, por ende, reforzaremos en todo su conjunto a nuestra disciplina. Según esto, si observamos la división del trabajo sociológico, descubriremos una interdependencia antagónica entre cuatro tipos de conocimiento, a saber: profesional, critico, práctico y público. En el mejor de los mundos posibles, el florecimiento de cada uno de los tipos de sociología es condición fundamental para el florecimiento de todos ellos, A pesar de que puedan asumir formas patológicas o ser victimas de exclusiones o subordinaciones. Este campo de poder nos impulsa a explorar las relaciones entre los cuatro tipos de sociología según su transformación histórica y nacional, así como la manera en que permiten carreras individuales divergentes. Por último, la comparación entre disciplinas apunta al cordón umbilical que conecta la sociología con el mundo de los públicos, subrayando el interés particular de la sociología en la defensa de la sociedad civil afectada por la acción de los mercados y Estados.