En este artículo se intenta poner de relieve que las dos grandes avenidas de la ética (la utilitarista y la deontologista) pueden y deben ser aplicadas en las distintas áreas de la economía, aunque es la utilitarista la que habitualmente se asocia a lo económico. En estas páginas se tratará de evaluar la calidad de la ética que se observa entre autores que han tenido una influencia importante en la teoría económica. Finalmente, se proponen algunas ideas sobre una economía «cívica» fundamentada en valores.