Miguel Angel Barberán Lahuerta
Los impuestos que gravan la riqueza contribuyen a mejorar la eficacia en la utilización de los recursos y a la obtención de un reparto más equitativo de la renta y la riqueza. Sin embargo, en la actualidad algunos están cuestionando la conveniencia de mantener impuestos como el de Sucesiones y Donaciones, o el Impuesto sobre el Patrimonio Neto, que son fundamentales para contribuir a lograr ciertos niveles de equidad y redistribución de la riqueza.