El artículo analiza los problemas de la economía mundial al finalizar el siglo XX. Pese a los logros alcanzados, el fuerte aumento de la producción mundial y el crecimiento de la renta per capita, se registra un aumento de la pobreza en el mundo; por una parte los países más pobres quedan marginados, y por otra, los países emergentes, al resultar afectados por las crisis financieras, pueden retroceder, como consecuencia de una desigual distribución de la renta. Es innegable que, en un siglo de progreso como el que acaba de cerrarse, hay asignaturas pendientes. La solución no sólo vendría de la simple combinación de mejoras políticas económicas y de un alivio de la deuda, sino también de un implicación de los organismos internacionales, que pueden cooperar en el avance hacia la solución del problema.