El presente artículo tiene como objetivo exponer los principales factores que han impulsado el proceso de globalización económica, cuyo alcance debe ser matizado, puesto que los flujos de comercio e inversión internacional siguen siendo relativamente modestos en relación con la producción mundial y se concentran en un número muy reducido de países desarrollados. Sin embargo, el propio proceso de acumulación y el impulso del cambio tecnológico hacen prever un vigoroso impulso del fenómeno de integración económica en los próximos años, siendo difícil estimar sus repercusiones sobre la actual configuración del comercio y el reparto del empleo a escala mundial. En este contexto, se efectúa una reflexión sobre las relaciones existentes entre el proceso de integración económica, el reparto del bienestar entre sus partícipes y los procesos de desregulación emprendidos por las políticas públicas