Las profundas reformas económicas realizadas en América Latina han estado seguidas de un crecimiento económico muy modesto para economías emergentes: un aumento del PIB de la región de apenas un 3 por 100 anual durante los años noventa. La falta de equidad, además, sigue siendo un rasgo sobresaliente de la región. En el artículo se recogen los avances logrados, para luego explicar en qué han fallado las reformas. En particular, se destaca, por una parte, las carencias en la conducción de las políticas macroeconómicas que no han sido capaces, salvo excepciones, de manejar el contagio de los auges y caídas de los mercados financieros internacionales y la transmisión de la inestabilidad de los precios de su comercio. Por otro lado, se indican los fallos de mercados incompletos o inexistentes de cualificación laboral, de difusión de tecnología y de segmentos de largo plazo del mercado nacional de capitales. Estos son los determinantes de una competitividad sistémica, base del desarrollo con equidad.