Acceso usuarios
Celia Zárraga Oberty, Petra de Saá Pérez
En el entorno competitivo actual está ampliamente aceptado que el conocimiento poseído parlas individuos es un recurso estratégico clave. Pero, para que dicho recurso se convierta en conocimiento organizativo y sea fuente de ventaja competitiva debe ocurrir un proceso de creación (C), transferencia (T) e integración (1) del mismo. La organización de los recursos humanos en equipos de trabajo se presenta como una forma adecuada para la transformación del conocimiento individual en conocimiento organizativo, siempre que dichos equipos se caractericen como comunidades de práctica. En este artículo, a través de un estudio empírico se demuestra que la autogestión y la responsabilidad colectiva, el liderazgo, la autonomía y la responsabilidad individual, el clima de confianza, el lenguaje común y la heterogeneidad de los miembros son factores que caracterizan a un equipo de trabajo como una comunidad de práctica. Asimismo, se comprueba en qué medida tales características favorecen la creación de conocimiento organizativo. Los resultados ponen de manifiesto la importancia relativa de cada una de las características de la comunidad de práctica, distinguiendo, además, entre aquellas que favorecen con mayor intensidad la creación (C) del conocimiento y aquellas más apropiadas para instigarla transferencia (T) e integración (I) del mismo.
