J. Carrillo, Enrique de la Garza Toledo, Francisco Zapata
El artículo revisa los estudios realizados en México desde los años setenta. Estos se identifican y clasifican a partir de tres ejes:
a) El mercado de trabajo. Se identifican los estudios económicos, sociodemográficos y sociológicos. Los primeros tienden a realizar estudios globales a partir de fuentes secundarias buscando relacionen salario y empleo con productividad. Los sociodemográficos y sociológicos se ocupan de sectores específicos, pesando del mercado como centro del análisis a la unidad doméstica como elemento articulador entre el trabajo formal e informal.
b) La reorganización industrial y el proceso de trabajo. Los estudios se concentran en grandes empresas, públicas y privadas. Destacan por su importancia los impactos de la flexibilidad de los mercados de trabajo, los cambios en la estructura ocupacional y la implantación de los sistemas Justo a Tiempo y el Control Total de la Calidad. Se concluye que no hay homogeneización tecnológica, organzacional o en las relaciones laborales sino heterogeneidad estructural, y que hay una profunda reorganización industrial, aunque es un proceso inacabado y polarizado.
c) El sindicalismo y el movimiento obrero. Los estudios se centran en los impactos derivados de la reestructuración económica, particularmente en el impacto en los contratos colectivos y en el corporativismo. Se identifican tres niveles analíticos de estudios: los de índole histórica que privilegian los sexenios para entender el movimiento obrero y las relaciones sindicato-Estado; los de índole sistémica que cuantifican conflictos laborales y articulan el actor sindical y el sistema político, y los trabajos sobre sindicalismo existente en sectores y empresas específicas, particularmente en nuevos exportadores, sectores reconvertidos y la burocracia pública.