Los cambios tecnológicos y organizativos de las empresas han dejado obsoletos los sistemas de clasificación profesional contenidos en las ordenanzas laborales. Sin embargo, su renovación se hace difícil por su fuerte intercalación con otros factores organizativos, jurídicos y económicos del conjunto del marco regulador de las relaciones laborales. Esta dificultad, es a su vez uno de los obstáculos para el desarrollo de nuevas concepciones en la organización del trabajo que permitan una mayor productividad de las organizaciones productivas.