El sistema de clasificación y movilidad ha jugado históricamente, y juega en la actualidad, un papel importante en el desarrollo de las relaciones laborales en la empresa. A través del mismo las empresas han buscado adaptarse a las exigencias del mercado, a la vez que mantener el control sobre trabajo y profesión. Pero también los representantes de los trabajadores han buscado los efectos positivos: influir en la promoción, mantener ciertas garantias para todos los trabajadores. La negociación de clasificación y movilidad ha permitido un cierto equilibrio.
Con todo, las disfunciones del sistema clasificatorio tradicional se acrecientan con el postordismo, debido a la mayor flexibilidad que se exige al trabajo. Pero ahora se puede estar perfilando un nuevo sistema profesional para algunos trabajadores, que conviva con el tradicional para el resto.