El nivel de gasto en seguridad social constituye una decisión de carácter político, condicionada por restricciones económicas, demográficas y culturales. Una vez determinado el nivel de gasto habrá que plantear su financiación a través de cotizaciones y aportaciones del Estado.
El comportamiento del gasto durante el período 1980-90 muestra una tendencia creciente, aunque en menor medida que en épocas anteriores. Durante este período se produce un menor recurso a la financiación mediante cotizaciones, cuya presión sobre el coste salarial disminuye en un 37,9 pon 100.
A partir de un modelo de descomposición de carácter multiplicativo se explica el porcentaje de gasto sobre el PIB en jubilación, invalidez, desempleo, familia y sanidad, en función de los factores demográficos, económicos, culturales y normativos que los originan. De esta forma se puede evaluar el afecto de las diferentes tendencias y reformas institucionales sobre el gasto.