El autor destaca a lo largo del artículo la importancia del Tratado de Maastricht que supone un giro decisivo para la futura vida de la CEE y explica la postura de la Confederación Europea de Sindicatos ante el Tratado, señalando los puntos de apoyo y las críticas al mismo.
En su opinión, queda todavía un largo camino por recorrer antes de que la dimensión social se desarrolle totalmente, siendo necesario que se progrese tanto por la vía legislativa como por la de la negociación y que, en definitiva, las estructuras del movimiento sindical europeo se adaptan a la nueva situación creada tras Maastricht.