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Este artículo advierte sobre el peligro que amenaza a la capacidad europea para competir ya que en Europa se trabaja muchas menos horas que en sus principales países competidores. La jornada de trabajo y la organización del mismo siempre han sido el centro de la negociación colectiva local. A lo largo de los años, la jornada laboral se ha reducido considerablemente a cambio de importantes concesiones con respecto a la flexibilidad. Los viejos modelos "típicos" de tiempo da trabajo existen actualmente junto a un creciente número de acuerdos innovativos, que no solamente ayudan a mantener la productividad sino que satisfacen las necesidades de muchos trabajadores, entre los que se incluyen las mujeres.
El ETUC y la Comisión de la CE, empujados aparentemente por la desacreditada teoría del trabajo compartido, consideran inoportunos los nuevos modelos de trabajo. La propuesta de directiva sobre Ciertos Aspectos de la Organización del tiempo de Trabajo (COM(90)317 y CQM(91)130 final, SYN 295) en su forma actual, haría un enorme daño a las empresas europeas al reducir el ámbito para la negociación local de los acuerdos flexibles.
De acuerdo con el principio de subsidiariedad, el legislador comunitario debería dejar el tiempo de trabajo y la organización del mismo donde siempre han pertenecido, y esto no es otra cosa que en el nivel local de la negociación colectiva.
