La intervención pública en el mercado de trabajo pasa por un momento difícil marcado por un paro estructural de grandes dimensiones, la creciente incorporación a él de las mujeres, la liberalización de los plazos de contratación, el proceso de unidad europea, etcétera. En ese marco se produce la construcción del Estado de las Autonomías, con la consiguiente tensión por la distribución de competencias y recursos públicos.
La feminización del paro alcanza en España las cotas más altas de la Comunidad Europea, planteando la necesidad de una política específica hasta hoy prácticamente inexistente.
Este artículo expone la experiencia de dos años de acción positiva hacia las mujeres en el marco de los planes regionales de empleo y de igualdad de la Comunidad de Madrid, pretendiendo extraer de ella algunas conclusiones.