El artículo analiza la actividad laboral de la mujer en el marco de un modelo de decisiones simultáneas de actividad laboral, inversión en capital humano y fecundidad y determina la senda óptima de asignación de tiempo a esas actividades. Se plantea un modelo con una cierta perspectiva temporal, tres períodos, y se estudian las consecuencias de las decisiones previas en el contexto del ciclo vital. Se concluye afirmando la virtualidad de este enfoque y se revisan algunas de sus limitaciones, tanto teóricas como empíricas.
Se sugiere, por último, desde la perspectiva de una satisfacción general con los desarrollos teóricos, la posibilidad de que este enfoque esté convirtiéndose en un programa de investigación degenerativo. Quizás haya llegado la hora de plantearse la utilidad del propio concepto de actividad laboral y se defiende la conveniencia de dar un mayor protagonismo a variables como la población en edad de trabajar o la población ocupada.