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Antonio Giménez Montero
A partir de la experiencia más importante en cuanto al funcionamiento de Fondos de Inversión de los Asalariados, este trabajo ofrece algunas ideas sobre las vías por las que podría discurrir su hipotética implantación en España. Desde esta perspectiva, se hace especial hincapié en cuatro cuestiones: Primera, que las diferencias existentes entre la situación económica sueca y la española no constituyan obstáculo para defender la conveniencia de su puesta en marcha en nuestro país. Segunda, que los fondos sólo tienen sentido dentro de una concertación social, por lo que su implantación estaría supeditada a una auténtica recomposición del clima de negociación y acuerdo entre Sindicatos, Gobierno y Patronal. Tercera, la experiencia sueca es una demostración palpable de que, efectivamente, exista una política económica alternativa, que tal política es al manos tan eficaz como la convencional, y que su contenido redistributivo es superior. En este sentido, los Fondos pueden ser un excelente, acicate para estimular un cambio más amplio en la orientación de la política económica. Cuarta, que por diversas circunstancias, la implantación de los Fondos en España podría hacerse con mínimas alteraciones tanto del sistema tributario, como del sistema de financiación de la Seguridad Social, lo que contribuiría sin duda a su aceptación.
