El incremento de competitividad requerido por el sistema económico introduce un importante debate en la concepción sindical americana: la aceptación o rechazo de las fórmulas de colaboración entre dirección, trabajadores y sindicato, de gran influencia japonesa frente a la relación estructurada sobre la negociación colectiva minuciosa, delimitando el poder de dirección y la responsabilidad como facultad exclusivamente empresarial. La movilidad funcional, el aumento de productividad y la estabilidad en el empleo son ventajas de la fórmula de colaboración, que sus detractores califican como aumento de stress y renuncia la estrategia derivada del concepto de conflicto de intereses. Para algunos sindicatos la aceptación es un medio de paliar la creciente pérdida porcentual de afiliación y, por tanto, de influencia. Aunque no frontalmente, se cuestiona la pervivencia del Convenio Colectivo como instrumento de relación.
En este contexto, el presente trabajo describe el marco da relación tradicional, los factores de cambio y las modalidades de colaboración, las actitudes de las partes, incluida la Administración, con unas reflexiones finales.