Nicolás Redondo
Respondiendo a los grandes cambios que apuntan a una nueva civilización, los sindicatos lucharán por hacer reales unos valores que siempre tendrán vigencia. Una mayor libertad, que se extienda a los aspectos socio-económicos de la vida del trabajador, y que, en cuanto al mercado, cuente con una normativa que evite que esa misma libertad se desvirtúe; una democracia que se instaure en todos los ámbitos, incluidos la economía y el mundo de la empresa; primacía del derecho, también en el terreno de las actividades económicas; solidaridad, a través de políticas de pleno empleo, protección social, medio ambiente, salud, enseñanza...; dominio de las tecnologías, asegurando que sirvan al hombre, y no a la inversa; paz, seguridad, desarme, y un nuevo orden económico internacional, basado en la equidad. Este programa de cariz socialdemócrata es lo que llamamos "segunda transición". Por último, trabajaremos en favor de una Europa en la que se garanticen unos derechos sociales mínimos para todos los trabajadores, mayor igualdad regional y personal, un Parlamento con competencias legislativas reales y un gobierno común, democráticamente controlado.