Las políticas sociales de los poderes públicos y la acción de los sindicatos y de las organizaciones de empleadores, ejes alrededor de los cuales se articulan los sistemas de relaciones de trabajo y de Seguridad Social, se encuentran ante la necesidad de definir reajustes para hacer frente a los cambios que han trasformado la fisonomía de los escenarios sobre los cuales actúan. La renovación de la teoría y de la práctica del sindicalismo contemporáneo debe hacer frente a un reto múltiple: adaptarse a la situación generada por los cambios en los procesos de producción, recomponer el consenso de los trabajadores representados y articular sus acciones teniendo en cuenta las exigencias de la realidad da cada país y aquellas otras que vienen impuestas por la internacionalización de los mercados.