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Roberto Steiner, Sebastián Edwards
En julio de 1999, Colombia celebró un contrato con el FMI de extended facility. Claramente, los problemas que actualmente azotan a Colombia van mucho más allá de la economía, puesto que las tensiones políticas y sociales se han intensificado. Muchas de las políticas que contempla el programa del FMI ya se habían abordado a fines de los años ochenta y comienzos de los noventa. En efecto, durante los últimos años del gobierno de Barco se inició un programa de reformas económicas, el que se intensificó durante los dos primeros años de la presidencia de César Gaviria. El objetivo de este artículo es analizar, desde la perspectiva de la política económica, el programa de reformas, orientadas hacia el mercado implementadas por Colombia en 1989-91 . Nos interesa especialmente investigar si la llamada "hipótesis de crisis" es aplicable a Colombia. Esta hipótesis se basa en una observación que han hecho varios estudiosos, cual es que casi siempre el lanzamiento de un programa de reformas viene precedido por una crisis económica. Nuestro argumento es que si bien Colombia no estaba atravesando una crisis económica de magnitud, sí enfrentaba un grave quiebre político e institucional. La profunda atención que han dedicado algunos actores clave a los temas políticos otorgó al Presidente Gaviria bastante espacio para maniobrar en el frente de las reformas económicas. Como consecuencia, sus primeros seis meses en el cargo fueron verdaderamente notables en materia de reformas económicas. Sin embargo, tras promulgarse una nueva Constitución, ciertos grupos de interés que habían sido afectados adversamente por las reformas consiguieron reagruparse, y comenzaron a demorar activamente el proceso de modernización. Por consiguiente, el esfuerzo reformista se frenó significativamente. Peor aun, muchos de los mandatos constitucionales colocaron al país en un camino fiscal insostenible.
