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Con la publicación en 2003 del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación se abrió en el Perú un debate sobre el alcance de sus conclusiones, las implicaciones y responsabilidades que se derivaron de veinte años de conflicto armado interno entre el Estado peruano y las organizaciones subversivas Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Tupac Amaru.
Las reflexiones propuestas en el presente trabajo pretenden fertilizar el mencionado debate, sobre todo desde el punto de vista de la organización campesina característica de las comunidades quechuas andinas, parte ineludible del conflicto armado. Desde la publicación del informe final, es el momento histórico en que el protagonismo de estas comunidades debe incidir de forma más creativa y constructiva en el desarrollo democrático del Perú.
