Este artículo es una reflexión sobre las posibilidades de ampliación del concepto de ciudadanía, más allá de las fronteras diseñadas en la idea de Estado-nación. Analiza sucintamente las teorías de algunos autores sobre la extensión de los derechos y los deberes a grupos de personas cada vez más amplios, en particular a los extranjeros que se encuentran residiendo en el país de acogida. Supone, pues, una reflexión sobre el camino que se ha de seguir para dar al concepto de ciudadanía un significado cada vez más incluyente, como es el de ciudadanía intercultural