El pensamiento estratégico ("enfoque") desde el que los profesionales abordan la intervención comunitaria constituye una "clave" en la calidad del proceso de intervención. Sus expectativas, vivencia del tiempo y lenguaje que utilizan influyen en su manera de identificar los recursos disponibles, de dinamizar los procesos (información / comunicación, ámbitos de responsabilidad y asignación de recompensas) y de conseguir los resultados