La política macroeconómica conservadora, tal y como se entiende y practica actualmente en muchos países en desarrollo, vela por la promoción de la estabilidad, a expensas del crecimiento, y por lograr sus objetivos de finanzas públicas y de inflación, a expensas del empleo. El autor del artículo aduce que el fundamento empírico del conservadurismo macroeconómico es endeble, por lo cual es conveniente idear una alternativa viable a la ortodoxia vigente. Una alternativa de este género coincide, en su índole y en su espíritu, con el Programa de Trabajo Decente de la OIT, que se basa en la creación de empleo, una protección social integral y el reforzamiento de las instituciones laborales por medio del diálogo social y la protección de los derechos de los trabajadores.