La autora analiza la cultura jurídica de nuestros días intentando hacer explícitas las dinámicas que están en la base del actual orden socio-normativo, a través de una visita a los cambios esenciales en el mundo de las normas y de la regulación en general. En concreto, centra su análisis en la transformación estructural del derecho y en la pérdida de la tradicional dimensión espacio-temporal de la regulación en el contexto de la globalización. En segundo lugar, señala los cambios en las formas de comunicación como el presupuesto fundamental desde el que afrontar el problema de los nuevos derechos. La conclusión es que la función reguladora y directiva del derecho pre-global pierde terreno frente a nuevas técnicas de resolución de conflictos como la mediación.