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El concepto de ciudadanía comprende cuatro dimensiones que se entienden más fácilmente por sus opuestas. 1. La condición de miembro de un estado: en este caso el ciudadano es lo opuesto al extranjero. Muchas lenguas adoptan en este supuesto términos diferentes o coexistentes tales como nationality, nationalité, nazionalità. 2. Emancipación: el ciudadano es aquí lo opuesto al súbdito, esclavo y siervo. 3. Apoyo público: el ciudadano es aquí lo opuesto al marginado socialmente. 4. Regulación: el ciudadano es aquí lo opuesto a lo comunitario y pueblerino. La inmigración incide en las cuatro dimensiones y su impacto produce conflictos, políticas zigzagueantes, y tendencias convergentes y divergentes entre los regímenes democráticos. La condición de miembro pleno puede alcanzarse más o menos fácilmente. La emancipación y los derechos de apoyo pueden desconectarse más o menos de la condición de miembro e incluso del mismo estado de residente. Las peticiones de des-regulación por las nuevas minorías y la imposición a ellas de la regulación pueden acomodarse más o menos fácilmente. El perfil de los regímenes democráticos se modifica profunda y diferentemente por el impacto de la inmigración.
