María Luisa Lourés Seoane
La revolución de 1974 y la entrada en la UE en 1986 señalan un cambio muy significativo en el orden político y económico portugués, lo que condiciona y dirige el desarrollo urbano y territorial. La autora señala que simultáneamente a la proliferación de grandes centros comerciales, la recuperación del área de la Expo98, la extensión de la red de metro, etc., actuaciones que responden a la preparación de la ciudad para el nuevo escenario político-económico, el centro histórico de Lisboa está abandonado. Es sólo a partir de 1990 cuando se afronta una auténtica política de rehabilitación urbana, basada en dos modelos de gestión urbana, los Gabinetes Técnicos Locales y los Proyectos Integrados, cuya actividad está trayendo como resultado la expulsión de los sectores sociales más débiles del centro de la ciudad.