Las habilidades sociales se encuentran entre las funciones que más afectadas están en este tipo de trastorno. La dificultad para responder a las demandas planteadas en la interacción, la baja tolerancia a la frustración y la conducta agresiva, llevará a los sujetos que padecen este tipo de trastorno al rechazo y al aislamiento social. El motivo del rechazo de estos niños suele ir asociado a un comportamiento perturbador en el aula y a agresiones verbales y físicas. El tratamiento de la deficiencia en habilidades sociales deberá incluir: la mediación, el adiestramiento en el conocimiento y manejo del desorden (padres y/o afectado), y el entrenamiento en las áreas conductuales que resulten más afectadas.