Llorenç Ferrer Alòs
En este artículo se constata que en la etapa poco estudiada de la industrialización en Cataluña que tuvo lugar entre 1790 y 1830 hubo tres geografías hiladoras diferenciadas y complementarias: una hilatura manual de bergadana en la Cataluña interior; una hilatura de continua en Manresa y pueblos de los alrededores; y una hilatura de la mule-jenny de madera en Barcelona y en los pueblos de la costa del Maresme. Cada una de estas zonas utilizaba un determinado tipo de energía, producía un modelo de hilo característico, tenía niveles salariales propios, estructuras de tejidos específicas, etc. Las tres zonas coexistieron y se complementaron hasta que en los años treinta se introfujeron nuevas máquinas que provocaron importantes cambios organizativos en todas ellas. Se acaba analizando el cos de Sallent, tíopico de la hilatura de bergadanas, y el de Manresa, de hilatura de continuas.