La disciplina fiscal es un bien público en los países de tipo federal, lo que implica la necesidad de establecer mecanismos que promuevan dicha disciplina. Los países de la Unión Europea decidieron adoptar un marco normativo que, en la actualidad, es objeto de duras criticas y puede estar sometido aún a mayores tensiones con la ampliación de la Unión Europea. Este trabajo analiza de nuevo el debate que se dio antes de la firma del Tratado de Maastricht y cuestiona si se puede confiar en los mecanismos del mercado como una solución a la que se recurre en caso de que se incumpla la normativa. El tema es abordado en tres fases. En primer lugar, se estudian los requisitos de una solución de mercado efectiva con relación a los cuales se evalúa el marco institucional europeo. En segundo lugar, se examinan el grado de solvencia y los tipos de interés con referencia tanto a lo que es de esperar en teoría como a la situación real. Finalmente, se analiza la sensibilidad de los gobiernos a las señales de mercado. Los resultados apuntan a una reacción significativa, aunque escasa, de los tipos de interés a los desequilibrios fiscales y no a una rápida respuesta de las Administraciones. La conclusión que puede derivarse, pues, es que no se puede contar con los mecanismos de mercado como sustitutivos de las reglas fiscales. No obstante, una mayor transparencia de las normas fiscales posibilitará que los mercados sean un complemento útil de las normas.