Cuando una organización reflexiona acerca de lo que cree y lo que hace está diseñando "estrategias de comunicación" porque está definiendo el espacio y el tiempo en el que desarrolla su actividad. En este proceso de diseñar estrategias de comunicación se está construyendo la trama de símbolos que define su presente y su futuro; una realidad colectiva que surge de una multiplicidad de subjetividades.
Para generar significados compartidos, una organización debe considerar la realidad más allá de su propio punto de vista e incorporar la mirada y las necesidades de los públicos involucrados en la narración dentro de la cual va a desarrollar su actividad.
Así, el futuro es un punto donde la organización coloca el sentido de su existencia; es un punto más allá del cual la organización busca un camino para el destino colectivo de su vida cotidiana. A través de la comunicación las personas pueden significar objetos, eventos y sucesos y construir una narración colectiva dentro de la cual interactuar y desarrollar sus actividades. Por lo tanto solo es posible construir el futuro a través de la comunicación; en los símbolos a través de los cuales la organización coloca un punto más allá de sus creencias y sus hábitos y le da sentido a su actividad cotidiana y a la participación de las personas vinculadas.
Es así que cuando una organización define sus narraciones corporativas, está redefiniendo el espacio de su competencia y los límites de su desarrollo.
Las narraciones corporativas definen la trama que sostiene el propósito y los vínculos de la organización, conformando el modelo de organización; mientras que la dinámica de las narraciones corporativas, permite definir a las posibilidades del espacio de competencia en las organizaciones.