Los principales resultados de una encuesta realizada conjuntamente por Capital Humano y ETS refuerzan la percepción social en torno a la existencia de tensiones y conflictos a la hora de conciliar la vida profesional y la vida familiar. Esta preocupación, sin embargo, no está siendo afrontada por las empresas más allá de los mínimos legales. El colectivo de mujeres profesionales es el que se muestra más crítico con la situación, aunque también se suman a ellas, empujados por su situación individual, las personas divorciadas, las parejas de hecho y los que tienen cargas familiares (hijos, personas mayores y familiares con discapacidad).
Capital Humano, en colaboración con Expert Training Sistems (ETS), ha realizado un estudio entre sus clientes sobre las necesidades de conciliación de la vida profesional y personal. Los principales resultados refuerzan la percepción social en torno a la existencia de tensiones y conflictos a la hora de conciliar la vida profesional y la vida familiar, resultando llamativo que ni el género ni la estructura familiar parezcan tener influencia significativa a la hora de valorar el "equilibrio" existente. Hasta el momento, las medidas adoptadas por las empresas se corresponden con mínimos legales que, sólo en algún caso, se amplían de forma puntual. No obstante, la principal queja de los empleados se orienta a las largas jornadas laborales y a la irregular distribución de las cargas de trabajo.