Mucho se ha debatido y escrito en los últimos años sobre la figura del periodista en los nuevos entornos tecnológicos. Características como la interactividad, el hipertexto o el multimedia propias de las redes digitales están obligando al periodista a readaptar sus funciones tradicionales para incorporarse a los nuevos medios y a aprender el manejo de inusuales técnicas y herramientas y de nuevas fórmulas narrativas. Pero lo cierto es que nos encontramos aún en una fase de experimentación, donde vamos descubriendo qué nos sirve de lo que ya conocemos y qué nuevas fórmulas podemos incorporar al medio digital. El periodista es un periodista en transformación, porque la Red está en continua evolución. En el perfil del periodista del siglo XXI convergen viejas y nuevas rutinas, a los tradicionales criterios de selección, jerarquización, interpretación, se unen destrezas como la gestión de contenidos o la dinamización de las relaciones que fluyen por el ciberespacio. Entre las facetas que componen el perfil del comunicador digital, en este texto reivindicamos la función del periodista como periodificador, es decir, como ¿ordenador de contenidos¿ y ¿clasificador de la realidad¿, donde los nuevos criterios de selección y valoración de contenidos serán las dos operaciones básicas.