Herbert Kitschelt
Desde el final de la II Guerra Mundial hasta nuestros días los sistemas de partidos tradicionales se han desmoronado o, cuando menos, han sufrido grandes cambios. En este articulo describo este cambio, expongo sus causas y explico cómo han operado para llegar a modificar los sistemas de partidos tradicionales. Las preferencias políticas de los ciudadanos surgen principalmente, aunque no sólo, a partir de la inserción de los ciudadanos en el mercado de trabajo, la familia y las organizaciones empresariales. El proceso de postindustrialización y los cambios impuestos al desarrollo de los estados del bienestar han dado lugar a diferentes pautas y trayectorias que han influido y continúan influyendo en la distribución de preferencias políticas de los ciudadanos. En el nivel macro, ha habido un cambio en los ejes de la distribución de preferencias políticas: en dos fases distintas, se ha pasado de la prioridad del eje de las políticas distributivas (derecha-izquierda) a la del eje de las estructuras de gobernanza sociocultural (autoritario-liberal). Estos cambios en los ejes de preferencias tienen implicaciones para las estrategias de los partidos políticos. Los partidos son sensibles a las preferencias de los ciudadanos, como lo prueba el descenso del clientelismo, y en consecuencia se adaptan a sus cambios, siempre dentro del margen de posibilidades que les ofrece la estructura social, su propio historial partidista y, por supuesto, las condiciones económicas restrictivas y la crisis de los estados del bienestar vigentes. Como consecuencia de este proceso los sistemas de partidos se han complejizado y se han diversificado, dejando en manos de los movimientos sociales y los grupos de interés amplios ámbitos de actuación: toda la serie de temas y ámbitos de competición electoral que no pueden interpretarse dentro del espacio definido por los dos ejes de distribución de preferencias que rige la competición partidista.