La globalización ha provocado dos grupos de problemas en los ordenamientos tributarios: por un lado, los originados por la existencia de bases imponibles móviles, que pueden ser trasladadas a otros Estados ocultándolas al control fiscal y, por otro, los relacionados con la doble imposición internacional y, en consecuencia, con los tratados internacionales que pretenden evitarla. Dentro de estos últimos existen dos realidades concretas que no han sido suficientemente tratadas, ni en la doctrina ni en la comunidad internacional, y que pueden generar nuevos problemas de doble tributación internacional: la imposición indirecta en el comercio electrónico y en los servicios de telecomunicaciones, y los rendimientos del trabajo prestado a distancia o teletrabajo. El objeto de este artículo es el estudio de esta nueva problemática.