Blanca María Martins Rodríguez
El quiebre masivo de las high-tech en el 2000 despertó una desconfianza generalizada en los mercados financieros de todo el mundo, provocando serios cuestionamientos acerca de los procedimientos de valoración existentes y paralelamente un fuerte rechazo a invertir en startups. Con base en el concepto de competitividad (Man et al., 2002) y en la premisa de que el éxito empresarial es el resultado de estrategias correctamente formuladas e implantadas (Grant, 2002), este paper desarrolla un modelo de valoración de startups (SG VM) como un primer paso para mejorar las estimaciones del valor de estas empresas.