La utilización de la biometría no está ya esencialmente reservada a sectores específicos como la persecución o la represión penal. Se generaliza y se extiende a numerosas aplicaciones, tanto en el sector público como en el privado. La biometría no es solamente una técnica, sino, principalmente, una característica propia de todo ser vivo. Hay una tendencia a la banalización de los datos personales procedentes del ser humano. La biometría presenta riesgos en lo que respecta a los derechos y libertades fundamentales y, por tanto, es un tema de gran entidad para la protección de datos. Puede igualmente ser un instrumento de protección de la vida privada (PET).