Gilbert Larochelle
El debate contemporáneo sobre la globalización (mundialización) se ve restringido por unos modos de aproximación que limitan su análisis e impiden dilucidar sus elementos fundamentales. En el debate se observan varias actitudes: desde quienes lo demonizan hasta quienes lo ensalzan; desde los que lo interpretan en términos del bien o del mal hasta los que caen en la tentación de contrarrestarlo replegándose en la intimidad deliberativa de la comunidad. Más allá de las posibles reacciones a este fenómeno, en el fondo del debate subyace una antinomia, más tenaz y decisiva que cualquier otra, enfrentando democracia y globalización. El objetivo de este artículo es negar tal enfrentamiento, mostrando la porosidad de las dinámicas locales y globales. Asimismo, muestra cómo el proceso de globalización activa la concurrencia entre los sistemas sociales, haciendo posibles nuevas opciones de vida y debilitando la capacidad de las élites para ejercer un dominio pleno sobre la sociedad. Este artículo analiza de manera crítica los tres elementos fundamentales del debate, a saber: la selección de las palabras utilizadas para describir la globalización; los argumentos que delimitan el escenario del debate, y sus efectos sobre el ejercicio de la libertad en las sociedades democráticas.