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El Tratado Constitucional que ha obtenido la aceptación de los Estados miembros lleva a cabo una importante transformación de la Unión Europea, de la que no escapa el proceso de celebración de acuerdos internacionales por parte de esta organización. Se trata de una cuestión relevante, pues los acuerdos, fundamentalmente los que ha venido celebrando la Comunidad Europea, son uno de los activos más importantes de la acción exterior europea. A través de estos acuerdos la Comunidad ha ido estableciendo las líneas maestras de su política de cooperación para el desarrollo, de su política comercial y, en definitiva, de su modelo de relaciones con terceros Estados. El proceso de celebración de acuerdos internacionales se simplifica en el nuevo Tratado, pues se reduce la multiplicidad de procedimientos actualmente existente. También resulta destacable la ampliación de la participación del Parlamento Europeo, así como la aparente atribución de aplicabilidad inmediata a todos los acuerdos, independientemente del área en que sean celebrados.
