Los objetivos y metas propuestos para la mejora en la prevención de los riesgos laborales deben venir precedidos de una alta cualificación por parte de aquellas personas que hayan cursado una cerrera en esta especialidad universitaria.
El actual modelo de formación en prevención de riesgos laborales, definido por la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) y sus normas de desarrollo, se puede calificar de ambicioso, a la vez que complejo. La referencia a la necesaria cultura preventiva, como complemento a la siempre insuficiente norma, es indicativa de esta sana ambición. Pero ya en el artículo 5.2 de la LPRL queda claro la dificultad que conlleva dicha meta.
Efectivamente, "promover la mejora de la educación en materia preventiva en los diferentes niveles educativos, y de manera especial en la oferta formativa correspondiente al sistema nacional de cualificaciones profesionales, así como también la adecuación de la formación de los recursos humanos necesarios para la prevención de los riesgos laborales", tal como recoge el artículo antes mencionado, presupone tal cantidad de esfuerzo que uno duda si el llamado "legislador" era consciente de lo que aprobaba, sobre todo porque los recursos, como todos sabemos, son siempre escasos.
Y para recorrer esa distancia, más o menos larga, que siempre hay entre el deseo y la realidad, puede que no haya nada mejor que entretenerse un momento para tratar de evaluar las distintas partes de ese camino, aunque sea sólo por el placer de contemplarlo, lo que ya es un primer paso para avanzar.
En esta tarea, parece que hay pocas dudas de que es en relación a la formación de "los recursos humanos necesarios para llevar a cabo las actividades preventivas", principalmente en su nivel superior, en donde es más urgente hacer esta evaluación, pues aquí la actividad formativa ha experimentando tal dinamismo, que sólo es comparable con el nivel de confusión creado.
Pero antes de entrar a valorar lo que en este aspecto puede significar la experiencia carrera universitaria impulsada por la Escuela Superior de Prevención de Riesgos Laborales en Barcelona, que es el objetivo de este artículo, vale la pena hacer un balance, aunque sea breve, del estado actual del mapa formativo que ha dibujado la LPRL.