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Gonzalo Pascual Alvarez
La gestión técnica para la prevención de los diferentes riesgos que cualquier profesional puede encontrar en un laboratorio de Alta Seguridad Biológica donde se convive con las imposiciones establecidas para un nivel 3 o 4, reúne tres líneas básicas interelacionadas entre sí de manera que una no puede existir sin las otras.
Si se quiere obtener éxito en la prevención de riesgos y por lo tanto conseguir que día a día un laboratorio de Alta Seguridad sea realmente seguro para las personas, para el medio ambiente y para el país, hay que obligatoriamente, trabajar por la atención y el cuidado de estas tres líneas.
En cualquier caso y siempre bajo la obligación permanente del estricto cumplimiento de las Normas establecidas tanto a nivel nacional como internacional, el mecanismo de abordaje para mantener unos niveles de seguridad apropiados que permitan alcanzar con garantías los objetivos de cualquier actividad laboral, pasa por actuar en el cumplimiento de un pilar básico en prevención de riesgos. En primer lugar la actuación sobre el foco generador del riesgo por muy dificultoso o complicado que resulte su abordaje, en segundo sobre el medio de transmisión, es decir sobre el espacio existente entre foco y receptor y finalmente cuando ninguna de las anteriores medidas ha sido suficiente o posible, sobre la protección específica, apropiada y eficaz del trabajador.
En esta última circunstancia, el técnico actuante ha de ser consciente de que proteger el medio o al trabajador, no implica en ningún caso la eliminación del riesgo, si no el control de sus consecuencias.
